Conocer más sobre nuestro origen siempre ha sido una de las bases de la arqueología, una disciplina que estudia y pone en contexto los restos tanto humanos como animales que se encuentran fosilizados, y los propios entornos en los que nuestros antepasados vivían hace siglos, para entender mejor de dónde venimos y conocer mucho más sobre nuestros orígenes como especie. Se podría pensar que en el momento actual, con tanta tecnología y con tantos adelantos técnicos, la arqueología ya ha llegado a su punto culmen, y todos los descubrimientos necesarios ya se han realizado. Sin embargo, está claro que todavía queda mucho por descubrir, mucho por conocer, porque prácticamente cada año se dan nuevas noticias que nos llevan a comprobar que no podemos pensar que ya lo sabemos todos. Los descubrimientos de fósiles humanos están a la orden del día, y uno de los más importantes se produjo hace apenas tres décadas, en el sur de Italia, cerca de la población de Altamura.
El conocido como Hombre de Altamura apareció de improviso dentro de un yacimiento arqueológico como un esqueleto prácticamente perfecto y magníficamente conservado dentro de calcita. Gracias a ese magnífico estado de conservación hoy en día lo podemos estudiar de una forma mucho más interesante, décadas después, cuando se han conseguido los adelantos técnicos para analizarlo sin extraerlo de su lugar de origen. Y es que el esqueleto se mantiene en perfecto estado dentro de esa calcita, pero si se trata de extraer podría dañarse de forma irreparable. Pero lo realmente importante de este Hombre de Altamura es que ha vuelto a poner en entredicho todo lo que sabemos sobre la evolución de los homo neanderthalis, la otra gran especie que tuvo que luchar contra los homo sapiens por ocupar el lugar privilegiado en la escala evolutiva.
Leer más