España es un país con una historia riquísima, a pesar de que como tal, nuestra nación tiene poco más de 500 años, habiendo surgido de la unión de los Reinos de Castilla y Aragón, con el matrimonio entre Isabel y Fernando, los conocidos como Reyes Católicos. Mucho antes de eso, en nuestro territorio ya existían numerosos pueblos y culturas que han ido dejando retazos de su forma de vida en los sitios donde permanecieron. Desde los musulmanes a los judíos, pasando por los más antiguos íberos, los godos, los romanos e incluso los vikingos y los pueblos celtas. Esto ha convertido a España en un auténtico crisol de culturas, uno de los más importantes del mundo.
Los restos de algunas de estas civilizaciones se mantienen prácticamente intactos, pero es cierto que hay otros restos que son mucho más complicados de encontrar, porque ha pasado más tiempo desde su época de esplendor. Hablamos, por ejemplo, de la cultura ibera, una de las primeras bases sobre la que se asentó nuestra propia cultura y nuestra idiosincrasia. Seguramente, la muestra más importante que nos ha llegado a nuestros días es la Dama de Elche, un busto descubierto hace más de un siglo en Elche, Alicante, y que al principio no tuvo demasiada importancia, pero que luego se ha convertido en toda una seña de identidad de la provincia, a pesar de no estar ya en ella.
El hallazgo de La Dama de Elche y su importancia
Como muchos otros descubrimientos, el de la Dama de Elche también llegó por puro casualidad. Unos trabajadores se encontraban realizando labores agrícolas en la loma de La Alcudia, muy cerca de la localidad de Elche, en la provincia de Alicante. Durante esas labores de trabajo, encontraron un busto que consiguieron extraer después de un rato, para darse cuenta de que era la figura de una mujer al estilo antiguo. La reina mora, como se la conoció en ese momento, fue trasladada entonces a Elche, donde se exhibió en la casa del dueño del terreno donde la encontraron. Sin embargo, pocos días después, fue vendida al Museo del Louvre por cerca de 4000 francos, y el busto partió rumbo a Francia.
¿Qué representa esta obra?
La Dama de Elche, como se la ha conocido desde entonces, es un ejemplo perfecto del arte figurativo ibérico. Se la ha datado entre los siglos V y IV a.C, por lo que la escultura, que se encontraba casi en perfecto estado cuando fue hallada, podría tener al menos 2.500 años de Antigüedad. Ya solo por ese dato, la importancia que ha conseguido ha sido absoluta, pero hay mucho más. La obra representa a una mujer seguramente de alta alcurnia, con un peinado especial con una tiara y una diadema sobre su cabeza, así como un par de roetes a ambos lados del rostro, que son los que le dan ese aspecto tan especial que tiene, y los que le han procurado fama en el mundo entero.
Se piensa que la figura ha podido tener cierta influencia del arte romano o pre-romano, puesto que las formas son muy similares a las de los bustos y estatuas de la Antigua Grecia Clásica. En la parte trasera, la Dama cuenta con una gran cavidad que podría haber sido utilizada para guardar los restos de la propia persona que representaba la escultura. Es decir, que la figura podía considerarse como un nicho funerario. Esto no ha sido confirmado, aunque el hallazgo de otras figuras parecidas, como la Dama de Baza, apuntan a esa dirección. La importancia de este hallazgo es esencial para entender mucho más sobre el arte celtíbero de aquella época y sobre la propia sociedad que vivía en la zona hace tanto tiempo. Ahora, convertida en un símbolo, la Dama descansa en Madrid.
Su regreso a España desde Paris
A los pocos días de ser encontrada, la figura fue vendida a un potentado francés que decidió cederla al Museo del Louvre, donde la Dama estuvo expuesta durante décadas. No fue hasta 1941, de hecho, que la Dama pudo volver a España. Se realizó entonces un intercambio con Francia a través de la devolución de ciertas obras de arte entre ambos países, y la Dama fue pedida expresamente por el Gobierno español, que al recibirla, la mantuvo en el Museo del Prado, en Madrid, durante treinta años. Posteriormente, en 1971, sería llevada al Museo Nacional de Arqueología, también en Madrid, uno de los centros que ya se había interesado por el busto desde el momento de su hallazgo, casi un siglo antes. La Dama se quedó en Madrid, a pesar de que los alicantinos siempre desearon volverla a tener en su provincia.
La Dama de Elche en la actualidad
Durante estas últimas décadas, el busto ha regresado a Elche en ocasiones contadas, pero su hogar oficial sigue siendo el Museo Nacional de Arqueología en Madrid, donde es una de las atracciones más populares. En el año 2006, para celebrar la apertura del Museo Aqueológico y de Historia de Elche, el Gobierno volvió a ceder el busto a su ciudad original, donde estuvo durante varios meses, en exposiciones itinerantes, para volver de nuevo a su sede oficial poc después. ¿Llegará el día en el que se quede en Elche de forma permanente? Tal vez no tengamos que esperar tanto para saberlo…