Los secretos del mundo antiguo, de la propia historia de nuestra humanidad a lo largo de estos siglos pasados, se nos han desvelado de numerosas formas y maneras. Todavía se conservan algunos legajos, ya sea en papiro, papel o incluso tablas, sobre cómo era la vida en aquellas épocas. Las crónicas de los filósofos y eruditos griegos y romanos nos dejan una buena visión estructurada y general de todo el espectro de acciones y eventos que tenían lugar en aquella época. Pero en muchas ocasiones, lo que nos ha permitido conocer más de cerca la forma de vida de las antiguas civilizaciones, e incluso del planeta antes de que el hombre lo dominase, ha sido nuestra propia curiosidad por desenterrar el pasado en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo desde hace algo más de dos siglos.
Excavaciones que ahora se nos sugieren a través de las escenas de algunas películas tremendamente famosas, como la saga Indiana Jones, Tomb Raider, El Exorcista o Parque Jurásico, y que a través de esa búsqueda incesante de huesos, vasijas y todo tipo de objetos antiguos, el ser humano ha podido ir reconstruyendo su pasado, entendiendo mejor su historia, e incluso cambiándola, si hacía falta, para delimitar nuestra propia evolución, gracias a estos restos. Los arqueólogos y expertos historiadores que participan en este tipo de excavaciones tal vez no se lleven tanto mérito ni tanto glamour como un Indiana Jones, pero está claro que han sido imprescindibles para que la Historia hoy se conozca cómo se conoce. Y tal vez esto haya animado también a mucha gente a coger ese mismo camino.
¿Por qué son tan interesantes?
Una expedición arqueológica puede ser algo tremendamente interesante tanto a nivel físico como a nivel intelectual. Es cierto que la mayoría tenemos idealizadas estas excavaciones porque apenas sabemos de ellas por la visión totalmente trastocada que nos llega a través de películas, novelas y series de televisión. En realidad, muchas excavaciones consisten simplemente en limpiar el terreno, de una manera muy cuidadosa y en ocasiones bastante aburrida, hasta dar con un objeto determinado que pueda ser útil para datar el yacimiento, o que tenga cierto valor histórico. Sin embargo, cuando esto ocurre, el descubrimiento puede cambiar literalmente la historia, y estar presente en algo así es muy excitante, qué duda cabe.
Hay personas absolutamente apasionadas de la historia y de la arqueología que se sienten como pez en el agua en este tipo de excavaciones, porque esa excitación de descubrir algo nuevo, ese placer que sienten al desvelar parte oculta de nuestra historia, les hace sentir muy bien. Desde luego, sobre gustos no hay nada escrito, y aunque para muchos este trabajo pueda ser soberanamente tedioso, otros lo encuentran apasionante, y tampoco les falta razón. Estamos mirando cara a cara a nuestra historia, desvelándola después de siglos, tal vez milenios. Es cierto que actualmente parece que los grandes descubrimientos arqueológicos ya se han hecho, pero todavía queda mucho por descubrir, y cada vez son más los que se apuntan a estas expediciones en busca de un poco de aventura.
Cursos de arqueología
Claro que hay que tener en cuenta que no cualquier persona, solo por querer entrar en este mundillo, ya podrá hacerlo sin ningún tipo de preparación. Los cursos de arqueología son la puerta de entrada mínima para este tipo de expediciones, o simplemente, para entender un poco más sobre el tema. La Arqueología se estudia dentro de la Universidad, en Historia y también en Bellas Artes, en algunas instituciones. Sin embargo, no suele haber una carrera centrada en arqueología como tal, pero sí masters y cursos que nos pueden dar ese background que necesitamos para afrontar con seguridad cualquier expedición arqueológica. Estos cursos se dan en las universidades, normalmente de forma presencial y con prácticas, pero también los podemos realizar online.
Prácticas de arqueología
La mayoría de personas que se interesan por la arqueología buscan disfrutar de ella en plena acción, con expediciones de campo a excavaciones arqueológicas, donde tengan que trabajar en sacar a la luz y seleccionar los vestigios de anteriores generaciones. Por eso, la parte práctica de estos cursos anteriormente nombrados es tan importante, ya que al fin y al cabo la arqueología es, para muchos, una carrera de campo, de estar sobre el terreno, de pasar horas limpiando muestras, buscando yacimientos, estudiando sobre el terreno todas esas piezas que logremos sacar para estimar su valor histórico y real… Estas prácticas se suelen realizar al final del curso, cuando el alumno ya tiene los conocimientos suficientes para llevarlas a cabo con profesionalidad, y sirven para prepararles para cualquier excavación auténtica.
Es el momento deseado por todos, y también supone el punto de inflexión para una persona que tal vez esté interesada en esto de la arqueología, pero que en realidad no sea consciente del todo de lo que supone trabajar en algo así. Y es que no todo es tan bonito como parece. Horas bajo un sol de justicia, en terrenos áridos o muy húmedos, en condiciones extremas de temperatura, buscando y analizando yacimientos que muchas veces carecen de un valor real, y si lo tienen, no es tanto como lo esperábamos… A veces hay que enfrentarse también a decepciones en este tipo de trabajos, y a las duras condiciones de los mismos, para entender si de verdad estamos preparados para ser buenos arqueólogos o solo había sido un capricho momentáneo.
En qué excavaciones podrías participar
Los cursos de arqueología suelen llevarse a cabo en clases teóricas, pero las prácticas son sobre el terreno, tanto en museos, donde se catalogan muchas piezas y se enseña a los aspirantes a entender su origen, su procedencia y su valor, hasta las propias excavaciones, que son la parte más excitante del trabajo. Estas excavaciones pueden estar dirigidas incluso por los propios arqueólogos que dan los cursos, y así todo queda en casa. Normalmente, las excavaciones donde permiten participar a los estudiantes son las menos importantes, para que ninguno de ellos, con menos experiencia, pueda cometer un fallo irreversible. Pero también hay excavaciones bastante potentes que son visitadas por estos cursos, para aprender in situ de los mejores.
