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Haceunos días fui a Madrid con motivo de la entrega de premios de los 20Blogs y aproveché para pasarme por el Museo Arqueológico Nacional que desde su reapertura, no lo había visto. Lo cierto es que tras tantos años cerrados, esperaba ver un museo mucho más moderno y con mayores recursos didácticos.
Nada más entrar a la zona de exposición te topas con un inmenso audiovisual sobre la evolución del ser humano. En un mapa de España virtual, se van sucediendo imágenes de yacimientos arqueológicos de la península Ibérica relacionados con las diferentes épocas históricas. Una visualización espectacular donde se pueden apreciar los principales yacimientos y restos arqueológicos.
Las salas del Museo Arqueológico Nacional
Cuando dejas atrás esta presentación, entras en la sala(s) de Prehistoria que cuenta con una colección sensacional y en la que aparece una recreación de Lucy con una serie de audiovisuales donde se explica los primeros pasos de la humanidad y su evolución del nomadismo al sedentarismo, todo acompañado por todo tipo de herramientas y restos arqueológicos característicos.
Lo más destacada es la representación de enterramiento neolítico y toda la amalgama de piezas de metal y herramientas que representan el cambio de sociedad y la evolución política. Muy bien representado con los restos expuestos.
Desde esta sala se llega serpenteando a las escaleras que te llevan a la planta primera donde aparece la época ibérica. Y como no podía ser de otra manera, la Dama de Elche y de Baza domina la sala. No es para menos porque impresiona verlas y clavar la mirada sobre sus ojos.
Unas esculturas de época ibérica preciosas y que denotan de nuevo el cambio de tiempo y la evolución histórica. En estas salas se exponen todo tipo de materiales relacionados con el desarrollo industrial que se vivió en esa época: cerámica, metales, restos de telares, etc… así como elementos característicos de la cultura celtibérica donde el toro adquiere gran protagonismo.
Quizás la sala más llamativa y más conocida sea la de época romana. Y es que no es para menos. En la primera sala se observa ese cambio que protagonizó la sociedad de la península con la introducción y expansión cultural de Roma. Los audiovisuales acompañan a las vitrinas para explicar el desarrollo tecnológico y socio – cultural que se vivió durante la época romana.
En una de sus salas los increíbles mosaicos romanos me dejaron embelesado durante más de 30 minutos. Cada uno con sus escenas sobre las estaciones del año o representando las escenas mitológicas del héroe Hércules. Todos enormes y con una belleza estética sensacional.
Tras las salas de época romana empieza la de época medieval con una gran colección de arte y restos arqueológicos de gran impacto visual y que destaca por la curiosa recreación de la Mezquita de Córdoba.
Esta sala puede que sea la que más objetos contengan, de época musulmana a cristiana, aparecen muchas piezas curiosas y de gran belleza. Y en la segunda planta, tras un pasillo sobre la moneda, sigue la exposición de época cristiana, puente entre dos tiempos que nos adentra a la Edad Moderna. Una gran colección de objetos cristianos y piezas ostentosas de metales preciosos copan las vitrinas.
Hasta aquí llegó mi tiempo en el museo. No. No pude visitarlo por completo porque es prácticamente imposible en una mañana. Las salas destinadas a la historia del museo y otras dos de Egipto y Grecia conformaban el resto de la exposición. Afuera, junto al jardín, se encuentra la réplica de la Cueva de Altamira con una calidad de imitación increíble que permite disfrutar las dichosas pinturas sin ponerlas en peligro y sin prisas. Una buena manera de terminar la visita.
Algunas valoraciones
La distribución de las diferentes salas sigue una trama un tanto complicada. Conforme avanzaba por las colecciones intentando seguir las diferentes épocas, desde la Prehistoria en adelante, tenía que consultar continuamente el mapa del museo para no perderme o saltarme alguna época. Desde mi punto de vista, el museo no sigue una trama lógica de exposición y es necesario “encontrarte” de vez en cuando.
Lo que me llamó la atención de manera positiva en todas las salas (además de las fantásticas piezas en la mayoría de ellas) fue los videos explicativos de cada una de ellas. Fantásticos. Todos ellos cortos, de no más de 5 minutos, y con explicaciones muy visuales, atractivas y didácticas. De hecho, creo que una herramienta como esa es indispensable en el museo, que peca de fetichismo y carece de explicación didáctica.
En un ala del museo se encuentra una exposición dedicada a la historia de la moneda. A mí me gusta personalmente las monedas pero esta exposición está totalmente descontextualizada con las de su alrededor. ¿No podría haberse colocado en otra zona? La explicación que le sigue no profundiza tampoco en la historia de la moneda por tanto da la impresión más bien de que se trata de un relleno para ocupar un espacio que se quedaba vacío.
Pese a que el Museo Arqueológico Nacional organiza algunas actividades para familias y escolares, creo que lo ideal sería que hubiera actividades de recreación diarias en las diferentes salas de exposición que permitieran al visitante entender cada uno de los objetos y distintas épocas de la historia. Los objetos no son suficientes para aprender.
No osbtante, no cabe duda de que el nuevo Museo Arqueológico Nacional, cuenta con una colección de piezas arqueológicas fantástica, que bien vale un paseo.
Yo fui estas navidades, me pasé 4 horas ahí dentro y no fue suficiente tiempo aun para verlo todo))) Salí feliz y esperando volver a visitarlo en mi próximo viaje a Madrid.
EL #Museo Arqueológico Nacional: mi visita – en @arqueoblog #arqueologia https://t.co/iNNSrDyl7u #didáctica #divulgación
EL #Museo Arqueológico Nacional: mi visita – en @arqueoblog #arqueologia http://t.co/Hbb21MTfgV #didáctica #divulgación
Aunque me da un poco de vergüenza, reconozco que no he ido todavía, tras su reforma. Anteriormente, sí que había ido muchas veces.
Recuerdo que, cuando estudiaba en la UNED, dimos una clase allí y le dije a la profesora que me parecía que la forma que tenía el museo de exponer las piezas estaba muy pasada de moda. Cosa que no le gustó mucho. Parece que el tiempo me ha dado la razón.
En cuanto tenga ocasión, acudiré por allí, porque no me pilla muy lejos y ya te diré qué me ha parecido.
De todas formas, habrás de reconocer que hay mejores mosaicos en el Museo de Arte Romano, de Mérida.
Saludos.